dijous, 5 de maig del 2011

Un calcetín de papel


Conocí un chico llamado Mondo, que quería tener las orejas más grandes para poder escuchar mejor a las flores. De vez en cuando tenía nubes color pastel en el pecho. Y recuerdo cuando le picaba el guiño al mirar su mente... y un poco de dulce de leche. *Mondo me enseñó con la yema de los dedos el lenguaje de las flores. Me enseñó, a respetar las espirales que rondan en la mente de las personas. Me enseñó también, a descifrar miradas... y me condujo durante muchos días en un caballo de plastilina sin saber el por qué. Y un día nevado, *Mondo me saludó desde un jardín repleto de flores. Pero como vosotros sabéis, los recuerdos se amontonan sobre recuerdos, más o menos llega a ser como un montón de ropa pareciéndose así, un poco, a la Torre de Pisa. Y aparece un calcetín *desparegut, pero feliz. Compartimos instantes que ahora yacen guardados dentro de un pañuelo blanco que todos tenemos justo junto al corazón!  Encontráis pues, en una pupila sin espiral. Supongo que habrá en aquel mismo instante un poco de dulce de leche en vuestra mente cuando la encontráis... Y un caballo de plastilina que os esté esperando con mucha naturalidad.



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                                                        Avui                
                            trobo           
                                                que
                      m'han                                          

crescut                         
   les


orelles.
                                                    

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